Es 10 de Septiembre y el despertador no para de sonar.
Es como si un millón de tambores resonaran en mi cabeza sin
parar.
Tengo sueño y se me ha olvidado madrugar después de todo el
verano acostumbrada a trasnochar.
¡Ojala tuviera de noche el mismo sueño que por la mañana!
Estando en la cama mis piernas no aguantan más, tienen ganas
de pegar un brinco y ponerse en marcha ya.
No lo entiendo, ¿Qué les pasará? Tal vez quieren explorar,
correr o saltar, tienen ganas de caerse y volverse a levantar.
Me siento nerviosa, expectante y curiosa. ¿Con que profe me
tocará? Tengo ganas de ver a mis amigas, de aprender un poco más, de los ratos
de recreo y de nuevos conocimientos.
Es 10 de Septiembre y el despertador no para de sonar.
Un verano hemos tardado en volvernos a encontrar.
Y ahora que por fin nos reunimos en nuestro segundo hogar
deseamos para todos un nuevo curso genial.
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