martes, 9 de julio de 2013

HA LLEGADO A NUESTRAS MANOS...

Y ES PRECIOSO...
SOBRE LAS VENTAJAS DE SOÑAR
Soñar no cuesta nada.
Contrario a cuanto ejercicio hoy se nos recomienda,
no requiere de zapatos, ni ropa adecuada.
No nos pide sudar o quemar calorías.
Ni calcular el posible daño o provecho
para nuestra salud.
No es tampoco un hábito
cuya repetición pueda conducirnos a cáncer del pulmón
o de cualquier otra parte del cuerpo.
Soñar no daña la ecología,
ni atenta contra la capa de ozono.
No aumenta el colesterol,
ni fomenta la crueldad contra los animales.
Soñar no afecta los reflejos,
ni causa daños congénitos.
No es dañino para las mujeres embarazadas,
ni inhibe la lactancia materna.
Soñar es un deporte barato.
No requiere de equipo sofisticado,
ni de constante y agotador entrenamiento.
No se puede decir, sin embargo,
que no cause riesgos al corazón.
Sin embargo, hasta el momento,
no se ha encontrado base científica para
contraindicar los sueños.
aunque los argumentos en favor de su extinción
se fabrican a diario.
Yo sostengo que soñar continúa siendo una práctica
subversiva,
con una deliciosa, pero lícita, peligrosidad;
un hábito difícil de erradicar,
cuya ternura y perseverancia
sigue teniendo la innata capacidad de conmover
y abrir ranuras, por pequeñas que sean,
en corazas bien armadas y aparentemente impenetrables.
Si quiere practicar una actividad de bajo costo,
bajo riesgo, y sin ninguna susceptibilidad a las altas y bajas
del mercado,
le aconsejo soñar,
y no permitir que nadie lo convenza
de que no sigue usted siendo dueño, al menos,
del inmenso poder de su imaginación.
Gioconda Belli

3 comentarios:

  1. Gracias por recordarme que soñar es necesario y no es tan difícil.
    Gracias por reconciliarme con Marlango.
    Gracias por unas maravillosas colonias de ensueño.

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  2. Soñar con la solidaridad y el afecto entre los seres humanos, todos hechos de la misma pasta, de moldes parecidos ... y tan necesitados de calor

    Es increíble observar, cada día, a adultos con adultos, niños con niños, adultos con niños y viceversa, riendo juntos, prestándose ayuda, asombrándose con las pequeñas cosas que van sucediendo en esa aventura que es vivir.

    En gusantina tenéis la clave del progreso; es extraño que otras gentes en apariencia más listas no sean capaces de darse cuenta.

    Mil gracias por esta colonia ... a buen seguro Carmen y Daniel la guardarán en sus corazoncitos.

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